Aquí argumentaba sobre que para mi "entender" a Dios está indisolublemente unido con "conocerle"
Y aquí, dejaba que fuera el mismísimo Barth, que de esto sabe un poco, el que contestará a la pregunta de un estudiante sobre el resumen en una palabras de lo más importante sobre su trabajao, su teología. Conmovedor.
Ayer varios de mis hermanos hacían una liga a un articulo "La teología, entre la modernidad y la postmodernidad", que es una lección inagural del Béjar Bacas en la apertura del curso en la Facultad de Teología de Granada.
Tiene muchas interesantes, pero como me suele pasar con los teologos, me acaba confundiendo :-)
En cualquier caso utiliza el texto de Lucas, sobre los discipulos de Emaus, algo muy cercano para mi, entre otras cosas porque así se llama mi iglesia local en Madrid.
Pero lo hace en un sentido, que a mi juicio, no se ajusta al texto bíblico, y que es precisamente una de mis reservas a la "teología" como "ciencia", que ese mismo texto argumenta a la perfección:
Es el mismo Jesús, Dios mismo, quien se nos acerca en el camino.
Nos pregunta por nuestra tristeza.
Se interesa personalmente en nosotros y "nuestra cosas".
Es Dios quien "abre nuestro entendimiento", Dios quien nos revela a través de las profecías y su Palabra su Plan de Salvación.
Él quien viene, y tal como ha prometido, cena con nosotros, y "parte el pan"
Él por medio de su Santo Espíritu, es quien hace "vibrar nuestro corazón", mientras abre nuestro entendimiento y nos guía a toda Verdad.
Así fue en el caso de aquellos discipulos abatidos y vacios que caminaban hace dos mil años hacía Emaus, así fue en mi caso.
Y si no hubiera sido Él quien sale a mi encuentro, quien abre mi entendimiento a las Escrituras y quien hace vibrar mi corazón, de poco hubiera valido que hubieran puesto en mi camino tres toneladas de libros de la más alta Teología.
"(...) Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos.
Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos.
Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.
Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.
Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,
que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan." Lucas 24:27-35
No hay comentarios:
Publicar un comentario