He visto la soberbia pelicula de Clint Eastwood -realmente un genio- "Banderas de nuestros padres", retrata de una manera descarnada toda la miseria de la guerra y su propaganda, y todo eso sin perder la "épica", hay al final de ella una reflexión conmovedora que me ha hecho pensar, es el dialogo con su padre en su lecho de muerte y el pensamiento final del hijo, el narrador:
- ¿Alguna vez te dije que nos llevaron a nadar?
- No papa
- Después que pusimos la bandera, bajamos de la montaña
Nos dejaron nadar, ¡Fue tan divertido!
Toda esa guerra y nosotros saltando en el agua como niños.
Así es como recuerdo siempre a Iggy y a los otro
Llegue a la conclusión de que tal vez tenia razón
Tal vez no existen los héroes,
Tal vez solo hay gente como mi padre.
Logre entender por que se sentían tan incómodos cuando los llamábamos héroes, los héroes son cosas que creamos, algo que necesitamos
Es la forma de entender lo que es casi incomprensible,
como la gente sacrifica tantísimo por nosotros
Pero para mi padre y esos hombres los riesgos que corrieron y las heridas que sufrieron, lo hicieron por sus amigos.
Peleaban por su país pero morían por sus amigos, por el hombre de delante por el hombre a tu lado. Y si de verdad queremos honrar a estos hombres debemos recordarlos como eran de verdad, como mi padre los recordaba.
Creo que como cristianos solo podemos tener una postura radical en contra de la guerra, tenemos hermanos que nos precedieron que alzaron su voz con claridad y valor.
Y sin embargo, hemos utilizado, especialmente Pablo, las imagenes de guerreros, armaduras, batallas...
Hay algo que enardece nuestro espíritu en todo ello, creo que lo transmite, también magistralmente, Steven Spielberg en su maravillosa serie "Hermanos de Sangre", sobre la Compañia Easy del 506 Regimiento de paracaidistas en la Segunda Guerra Mundial.
Y creo que lo que refleja ese final de la pelicula, la clave esencial, ese sentimiento de fraternidad que solo se adquiere entre los hermanos que han batallado juntos, que han penado juntos, que juntos han resistido contra un enemigo feroz:
“Este es el día de San Crispín. El que sobreviva a este día y vuelva sano y salvo a su casa, se izará sobre las puntas de los pies cuando se mencione esta fecha, y se crecerá por encima de sí mismo (…) Desde este día hasta el fin del mundo la fiesta de San Crispín nunca llegará sin que a ella vaya asociado nuestro recuerdo, el recuerdo de nuestro pequeño ejército, de nuestro pequeño y feliz ejército, de nuestra banda de hermanos. Porque quien vierta hoy su sangre conmigo será mi hermano; por muy vil que sea, esta jornada ennoblecerá su condición. Y los caballeros que permanecen ahora en el lecho de Inglaterra se considerarán malditos por no estar aquí, y será humillada su nobleza cuando escuchen hablar a uno de los que haya combatido con nosotros el día de San Crispín.” Enrique V (William Shakespeare)"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. " Efesios 6:10-13
Es un honor servir y batallar a vuestro lado, mis hermanos.
Esta reseña es excelente
ResponderEliminarLa cité en un post sobre la vida de Ira Hayes.
Saludos Jaaz!!!
:D