En un año terrible, tres de mis amigos murieron en una rápida sucesión. Mi experiencia de las dos primeras muertes no me ayudó para nada con la tercera. No hice menos que llorar.
Extrañamente encuentro reconfortante que cuando Jesús enfrentó el dolor, respondió de la misma manera en que yo lo hice. Me reconforta que lloró cuando su amigo Lázaro murió (Juan 11:32-36(...)
Anyul traduce al español desde hace tiempo el blog Phillip Yancey, y si no lo estaís siguiendo, os lo recomiendo.
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