10.6.07

Más de cristianismo y política

No me gusta ver a cristianos metidos en política, que no deja de ser un "ejercicio del poder", en la que hay cada vez más cristianos; en su linea más abyecta se puede llegar a la ignominia que nos ha estado compartiendo en estos días Daniel Pisoni, de "Herodoto Virtual", sobre el triste papel de gran parte de la iglesia en Alemania durante la Alemania nazi.
Y sin embargo hay una "política con mayusculas" en la que, por desgracia, no suelo ver a los cristianos.
Hoy he leido una magnifica entrevista a Philipo Allott en "El Mundo", llena de ideas estimulantes en esa linea de "Política", os quiero compartir un extracto:
El pasado Sabado 9 de Junio, el periodiódico "El Mundo" publicaba una entrevista de Irene Hernández Velasco a Philip Allott.
Philip Allott, tiene 70 años, es licenciado en Derecho y Filología Hispánica y Francesa, ha sido diplomático británico, desempeñando cargos de importancia en el Foreign Office, actualmente es profesor de derecho internacional en la Universidad de Cambridge.
Veamos algunas de las cosas que dice:
PREGUNTA.- Usted es uno de los más feroces críticos de los sistemas democráticos y capitalistas, a los que acusa no sólo de ser deshumanos, sino de ser formas extremas de totalitarismo...
RESPUESTA.- Como se imaginará, esa afirmación mía suele desencandenar sorpresa y provocar que se enarquen muchas cejas. Pero yo no soy el primero que dice eso; mucha gente hace esa misma acusacioón a la democracia y al capitalismo. La clave es que ambos son sistemas que contienen en sí mismos sus propios valores, y que, además, obligan a aceptarlos todos si se quiere participar en ellos. Incluso valores de índole trascendental sobre la justicia y la felicidad, por poner dos ejemplos, están interiorizados en este tipo de sistemas, de manera que los ciudadanos que viven en ellos deben entregarles sus mentes. No son sólo sistemas políticos o económicos, también los son de conciencia. La gente no se percata de ello, pero lo cierto es que sus mentes están determinadas por estos sistemas.
P.- Puede que no le falte razón, pero incluso así es dificil pensar en la democracia como un regimen totalitario como el de Adolf Hitler o el de Stalin...
R.- EL totalitarismo tradiciona -el del III Reich, el del imperio soviético o el de la China maoista-, se caracterizaba por tomar el control de las personas por la fuerza. La violencia se utilizaba para controlar a la gente y ésta, en última instancia, podía ser disidente en su vida privada; dentro de las cuatro paredes de su casa pdiía pensar lo que le viniera en gana. En las sociedades teocráticas, el sistema obviamente controla las mentes de sus ciudadanos, pero lo hace en nombre de unos supuestos valores elevados y trascendentales. Lo extraordinario de la democracia y del capitalismo es que controlan la conciencia de sus ciudadanos con valores totalmente pragmáticos. Y es por eso por lo que digo que son regímenes totalitarios.
Totalitarismo significa el control total de la sociedad. En la historia del cristianismo, a excepcion quizás  de un breve periodo de tiempo en el que la Iglesia controlaba la mente de la gente, no ha habido un totalitarismo total. E incluso aquello no era nada comparado con el totalitarismo actual. El totalitarismo de los sistemas democráticos y capitalistas está  tan desarrollado que hasta nuestros deseos están determinados por el sistema. Deseamos, como seres humanos, lo que la sociedad desea que deseemos, y eso es algo increible. La gente normal no es consciente de ello, pero sus lideres deberían serlo, porque, obviamente, se trata de un gigantesco desafío para la filosofía y la religión. ¿Como se pueden humanizar estos sistemas? Ésa es la pregunta a la que debemos dar respuesta.
P.- Pero si la democracia y el capitalismo son unos sistemas así de perversos, ¿Cuál sería el sistema al que habría que recurrir?
R.- No me malinterprete. La democracia y el capitalismo, para cuya creación se han necesitado siglos, son unos sistemas magníficos para organizar sociedades complejas. La democracia es maravillosa para organizar la lucha de intereses en una sociedad. Y el capitalismo es extraordinario para crear riqueza. Pero pienso que no son los sistemas definitivos. Como les digo a mis estudiantes, alguien ha creado estos sistemas, gente sentada en aulas que ha pensado. ¿Por qué no podemos nosotros recrearlos, mejorarlos, humanizarlos? Pienso que es nuestra obligación.
P.- ¿Y usted tiene alguna idea al respecto?
R.- Yo no sé cmo sería una democracia mejor o un capitalismo mejor. Pero muchos sabemos que estos dos sistemas no pueden ser el final del desarrollo humano. Al menos, no en su forma presente. Y ése es el desafio.
(...)
P.- ¿Cree usted que el islam es compatible con la democracia?
R.- Ésa es la gran pregunta. Podría ser. Pero el otro interrogante que nos debemos hacer es éste: ¿es compatible la deomocracia con el cristianismo? La democracia y el capitalismo son algo tan desespiritualizado que, en principio, no lo serían con ninguna religión. Pero eso es algo que deberá resolver el islam, porque lo que parece claro es que deberá aceptar el capitalismo de alguna forma, porque crea riqueza. Cómo se organizará la democracia en los paises musulmanes es otra cuestión.
P.- Usted defiende un nuevo sistema de organización. Pero, ¿se refiere sóloa organización económica o habla también de derechos humanos, de justicia social, etcétera?
R.- Como usted sabe, no existe una cultura común en el mundo y, por tanto, por el momento no es posible generar unos valores aceptados por todos. Lo que está ocurriendo es que a nivel funcional están apareciendo aparentes valores comunes, entre los que los derechos humanos son el principal ejemplo. Yo apoyo su concepto, pruqe son una idea trascendental que debería estar por encima de todos los sistemas, ya que, a fin de cuentas, se ocupan de la dignidad humana. Por ponerle otro ejemplo: se habla de solidaridad con los pobres del mundo. Es lo que yo llamo el talante hipercrítico de las sociedades democráticas, en las que la gente se muestra muy preocupada con la pobreza o con las guerras en el planeta; pero, despues, nada se hace al respecto, es increíble.
Todos nosotros, como seres humanos, sabemos que lo que está ocurriendo es injusto, está mal y, además, es absurdo: la explotación, las guerras... En las sociedades occidentales hemos logrado encontrar sistemas muy complejos para reducir la violencia y las desigualdades y, en general, tratar de crear unas condiciones de vida buenas. Pero a escala internacional no ha nada equivalente. Y cada vez es peor la situación.
P.- A pesar de que la sociedad civil se moviliza cada vez más por causas intrínsecamente justas (como la lucha contra la pobreza o el no a la guerra), el panorama internacional sigue siendo descorazonador. ¿A qué atribuye usted esta aparente contradicción?
R.- La verda es que mi opinión al respecto es bastante radical, aunque, estrictamente hablando, yo sea un conservador. Algo funciona de forma pésima, y desde hace mucho tiempo, en las élites que gobiernan el mundo. Sólo así se explica la enorme disparida entre la gente normal -que sabe lo que está bien y lo que está mal, lo que es justo e injusto-, y esos pequeños grupos de personas que tienen en sus manos las riendas del planeta. Yo siempre he dicho que todas las sociedades han estado gobernadas por oligarquías, y así sigue siendo. Uno de los más inteligentes logros de la democracia es, precisamente, haber hecho aceptable el dominio de las oligarquías. Pero el problema es que a escala internacional esas oligarquías llamadas estados o gobiernos actúan a su libre albedrío. Porque, mientras dentro de sus países, las oligarquías deben aceptar toda una serie de controles, a escala global, no. La legislación internacional está bajo el control de los gobiernos oligárquicos.
P.-¿Nuestra sociedad está en decadencia? ¿Las élites de ahora son peores que, por ejemplo, las de principios de el siglo XX?
R.- Hoy en los gobiernos hay gente muy inteligente, magníficos burócratas. Pero el sistema internacional es tan complicado que, en cierto sentido, está fuera de control para todo el mundo. Nadie es capaz de controlarlo, nadie. Los gobiernos continúan fingiendo que dominan las cosas, y por eso hacen conferencias internacionales y aprueban tratados internacionales. Pero la realidad es que el sistema es tan complicado que escapa a su control. El propio George Bush, que parece el actor principal del mundo, puede que no sea consciente de ello, pero es víctima de un sistema de cambios rápidos ante el que pretende reaccionar, aunque no puede. Ni él ni nadie. Todo lo que podemos hacer es reaccionar de manera marginal.
P.- ¿ quién o quiénes cree usted que liderarán la revolución para cambiar el mundo?
R.- Como filósofo hay cosas que me interesan más que ésa. Pero mi eslogan siempre ha sido que el único poder por encima de todos los poderes es el de las ideas. Quienes gobiernan el mundo también son víctimas de ideas. Alguien invento el significado de Estado, el concepto de nación... Todo son ideas. Emplo mucho tiempo tratando de convencer a mis alumnos de que el único modo en el que lograremos cambier todo será a través de las ideas. Y si entendemos los desafíos de la situación actual, quizás seamos capaces de encontrar el modo para solucionarlos. Eso significaría que la filosfía, que desgraciadamente ha sufrido un declive en el siglo XX, habriía recuperado su capacidad de generar buenas ideas, que reflejen los valores que realmente tenemos.
P.- Considera usted que la democracia y el capitalismo han sido en parte responsables de ese declive de la filosofía?
R.- Sí, porque estos sistemas no tienen ningún interés en la filosofía. Muchos de sus principales abanderados piensan que las ideas sobre las que se sustentan estos sistemas son naturales, que han caido del cielo. Muchos de ellos son ignorantes, no han hecho el esfuerzo de conocer ni siquiera la Historia.
(...)
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P.- ¿Es usted una persona religiosa?
R.- Sí, soy católico desde hace mucho tiempo. Pero le aseguro que no estoy nada satisfecho con el rumbo que ha tomado la Iglesia en los últimos tiempos.
P.- He oído que usted sostiene que la Iglesia tiene uan responsabilidad revolucionaria. ¿Qué quiere decir exactamente con ello?
R.- Que el simple mensaje original del cristianismo era la tranformación del ser humano. Se trata de una idea increíble y maravillosa. ¿Por qué no pueden los hombres tranformarse a sí mismos en mejores seres humanos? Es un mensaje bellísimo. Pero, desgraciadamente, por alguna razón, la Humanidad no parece haberse transformado. Y si usted echa un vistazo a la Historia, se dará cuenta de que la gente de hoy es bastante similar a la de antes. En algun momento, quizás a partir de la Ilustración en el siglo XVIII, la Iglesia perdió confianza en sí misma. Y yo creo que lo que debería hacer es volver a su mensaje original.
P.- ¿Y qué cree que puede hacer para dar la vuelta a esta situación?
R.- No lo sé. De me ocurre que, a lo mejor, la Iglesia podría ser mucho más activa, en vez de limitarse a comentar de forma tan educada como ahora las cosas. Pero, sobre todo, debe subrayar más que todo el mundo tiene la posibilidad de ser mejor persona. Creo que la Iglesia debería tener más confianza en sí misma, ser más arrogante, si me permita la expresión. (...)

3 comentarios:

  1. yo rescato la última respuesta.
    He estado pensando sobre esto hace algun tiempo, y si, la iglesia no aporta relevantemente a estos temas. Me imagino que el entrevistado no estaba pensando en protestantes, pensaba en católicos y si lo traemos a nuestra realidad latinoamericana, podemos observar que la influencia y el aporte relevante de la iglesia protestante, llamese evangelica o tradicionalista, en participación social, en discusión de temas cruciales, es escaso, por no decir nulo.
    Todo esto quizas debido a la satanizacion del medio y/u otras razones.

    Me gustaria (en parte es la motivacion de mis proyectos personales, entre ellos mi blog) que como iglesia local o como asociaciones cristianas de distintos tipos, podamos aportar algo a la sociedad, y generar desde ahi un cambio de mentalidad.

    saludos

    http://elblogdeffuentes.cl

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  2. Hola Jaaziel,
    Creo que un creyente participando en política y aplicando los principios cristianos es una verdadera necesidad en este tiempo... y siempre.
    Lo que si es detestable es que la 'iglesia' como bloque tenga una determinada postura política y la trate de obligar a sus fieles -izquierda, derecha, centro da igual-.
    Sin duda, la expectativa de un nuevo modelo socioeconómico viene como resultado del postmodernismo; pues por ejemplo, el capitalismo vino de la mano del modernismo. Así que es de esperar otro sistema social dado que el modernismo esta agotado.
    Por eso es menester que el cristianismo no se 'case' con ningun modelo socioeconomico, pues ellos cambian con los tiempos. Llamese feudalismo, comunismo, capitalismo, etc...
    Hay 'valores' rescatables en cada uno de ellos, no todo fue malo.
    Pero lo inaceptable es precisamente el control de la conciencia del individuo por cualquier vía: pragmatismo mercadológico, coerción, legalismo fascismo.. etc.
    Bendiciones

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  3. El diagnóstico es correcto. Ahora falta ponerle el cascabel al gato.

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