Hace unos años, fue noticia un adolescente, Jokin, que se tiro de lo alto de una muralla, era acosado en su colegio, un caso que se repite.
Recuerdo una viñetas de Quino, un mundo lleno de lobos, y "caperucitas" aisladas en medio del gentio.
Este niño le escribia a una amiga, antes de suicidarse, algo que me ha conmovido profundamente: "prefiero morir como un cobarde, que vivir cobardemente"...
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De acuerdo, nuestra sociedad está bastante enferma. Quizá esto se hubiera evitado si sus padres hubiesen conversado con él, guiándole y buscándole la ayuda, incluso la psicológica de ser necesario. Esto también es responsabilidad de nosotros, como humanos, como iglesia, de fomentar y levantar conciencia al respecto. Saludos Jazz...
ResponderEliminar¿Por qué no somos esa profunda comunidad sanadora -de la que tanto hablamos los protestantes- en medio de una sociedad profundamente enferma?
ResponderEliminarUfff monjita...Tu siempre con esa pluma tan afilada! Saludos...
ResponderEliminarLa frase final es demasiado contundente, conmovedora: "Prefiero morir como un cobarde que vivir cobardemente"
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