"Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba", decía el emperador bizantino Manuel II Paleólogo a un erudito persa.
Ese es el extracto del discurso de Benedicto XVI, que ha levantado un enorme revuelo, ahora ante la polvareda, "respetamos" mucho a los "hermanos musulmanes", y no se llega al verdadero fondo del asunto, que no es otro, que su dios no es mi Dios, que Mahoma solo es profeta de ese dios iracundo y violento, nada que ver con el Dios de toda misericordia, con el Dios que entrega a su hijo amado sobre una cruz, en redención por mi. No tenemos el mismo Dios, no servimos al mismo Señor.
Y que, efectivamente, el único dios que necesita de la espada para ser predicado, no es otro que Satanas.
Por sus frutos los conocereís, dice la Palabra.
Jaazi, de acuerdo. Es muy cierto el oportunismo mundial para darse vuelta como un calcetín según sople el viento: resulta que ahora "respetamos muchísimo a nuestros hermanos musulmanes". En realidad no somos hermanos sino solamente en el lejanísimo sentido ontológico. En la fe no somos ni primos. No obstante, que don Benedicto se ponga a citar en estos momentos, es otro tema. No es que esté la cita demasiado errada (yo no mundializaría la maldad tan maniqueamente como lo hacen algunos católicos, de los cuales tampoco soy hermana en la fe, por más que proclamemeos el "mismo" Dios) pero la pertinencia de las declaraciones estaba tan lejos...
ResponderEliminarAlunos jugadores de palabras dirán: "La pertinencia es hoy". Bien. De igual manera me pareció un "despertar brusco" de Benedicto ante las maldades que señaló de golpe y porrazo. Sospecho que la motivación no es sana...
Ahora, en las represalias de Jihad, que nos salve la "santísima virgen de los Remedios".
Juzgue el Señor, en cualquier caso, ya ha costado una vida.
ResponderEliminarMe llama hoy la atencion el telegrama de condolencias, hoy publicado:
"Reafirmando una firme condena de toda forma de violencia, Su Santidad espera que la sangre derramada de una discípula fiel al evangelio pueda convertirse en la semilla para construir una auténtica fraternidad entre los pueblos y en el respeto mutuo de las convicciones religiosas", se afirma en el telegrama, firmado por el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone.
Además, el Papa condena la "trágica muerte de sor Leonella, fallecida de manera trágica", y envía sus condolencias a la familia de la misionera.
Yo solo se la relegiosa ya esta en presencia de Su Santidad.
Paz