3.5.06

Bien Cierto...

André Malraux "..el fondo del hombre es la angustia, la conciencia de su propia fatalidad, de donde nacen todos los temores, incluso el de la muerte..."

No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la ley es buena;pero, en ese caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo sino el pecado que habita en mí.
Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.
De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.
Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí.
Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal.
Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios;pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo.
¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?
¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del pecado.
Romanos 7.15-25


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